La identificación de personas ha sido una necesidad desde hace varios siglos, durante los cuales se han explorado diferentes métodos y sistemas; pero los rasgos biométricos, han demostrado ser los más confiables.
Desde el uso de huellas dactilares en antiguas civilizaciones hasta el reconocimiento a partir de la voz, el rostro o el iris, el uso de rasgos biométricos ha evolucionado a lo largo de los años, pero en particular en el Siglo XXI impulsado por en el uso de Internet y plataformas digitales.
La identificación biométrica de personas se basa en la premisa de que cada individuo posee características físicas y comportamentales únicas que permiten su identificación y autenticación con un alto grado de certeza.
Estas características incluyen, entre otras, las huellas dactilares, el iris, el rostro y la voz; así como la forma de caminar, de escribir, por ejemplo.
A continuación, detallamos cómo ha sido la evolución del uso de los rasgos biométricos para acreditar identidad de personas.
Huella Dactilar: Primer biométrico usado para acreditar identidad
Los primeros registros del uso de huellas dactilares para acreditar identidad de personas se remontan a la antigua Babilonia, en donde inicialmente se utilizaba primero la impresión completa de la mano, después de uno o dos dedos en tabletas de arcilla para avalar la validez de contratos comerciales. En China, alrededor del siglo VIII, también se usó la impresión en documentos de huellas dactilares como firma en documentos legales.
Sin embargo, es en el siglo XIX cuando el estudio científico de las huellas dactilares realmente comenzó a desarrollarse.
En 1892, el argentino Juan Vucetich introdujo un sistema de clasificación de huellas dactilares y utilizó esta técnica para resolver un caso de asesinato, lo que marcó uno de los primeros usos forenses de las huellas dactilares.
Al mismo tiempo, Sir Francis Galton, primo de Charles Darwin, desarrolló una serie de principios que establecen la unicidad y permanencia de las huellas dactilares, sentando las bases para su uso en la identificación de personas.
Aplicaciones
Las huellas dactilares son únicas para cada individuo, incluso en gemelos idénticos, lo que las hace extremadamente útiles para la identificación. Además, son relativamente fáciles de capturar y analizar.
Estos factores han llevado a su amplia adopción en varios campos:
- Forense: en la criminología en particular, la identificación de personas utilizando sus huellas digitales ha ayudado a resolver innumerables casos mediante la identificación de sospechosos comparando sus huellas dactilares con las recabadas en escenas de crímenes.
- Control de acceso: muchas empresas y organizaciones se suman al proceso de onbaording de sus empleados, la captura de huellas dactilares, pues utilizan lectores de huellas dactilares para controlar el acceso a instalaciones seguras.
- Dispositivos móviles: la mayoría de los teléfonos inteligentes de gama media y alta cuentan con lectores de huellas dactilares como alternativa o complemento para el desbloqueo de los equipos, lo que proporciona una forma rápida y segura de acceder a los dispositivos y autenticar pagos.
Reconocimiento de Iris: La precisión en los ojos
El reconocimiento de iris es una tecnología relativamente moderna en comparación con las huellas dactilares. Aunque la idea de usar el iris para la identificación se sugirió por primera vez en la década de 1930, no fue hasta la década de 1980 que se desarrollaron las primeras técnicas prácticas.
En 1994, John Daugman, profesor de la Universidad de Cambridge, desarrolló los algoritmos matemáticos para el reconocimiento de iris que forman la base de los sistemas actuales.
El iris del ojo humano contiene patrones únicos que no cambian significativamente a lo largo de la vida, lo que lo convierte en un biométrico extremadamente confiable, ya que es una de las formas más precisas de identificación biométrica, con tasas de error extremadamente bajas.
Aplicaciones
Debido a la complejidad de los patrones del iris y la dificultad para replicarlos, utilizarlo para acreditar identidad es muy común en casos en donde los niveles de certeza en la identidad de personas son muy críticos, como es el caso de:
- Generación de documentos de identidad: Para gobiernos, tener la más alta certeza en la identidad del ciudadano al momento de emitir un documento de identidad es fundamental; por esa razón, es cada vez más común la captura del iris como parte de los procesos de enrolamiento de datos de ciudadanos previo a la emisión de documentos de identidad, como los pasaportes y otras identificaciones oficiales.
- Centros de datos: por ser lugares en donde se almacena información crítica, generalmente el acceso a los espacios de Centros de Datos es altamente restringido y controlado; por ello se recurre a sistemas de verificación de identidad.
- Instalaciones de seguridad nacional. En edificios de Gobierno, en donde se debe controlar no solo el acceso, sino también el flujo de personas dentro o entre edificios, es también común el uso de dispositivos de reconocimiento de iris como “llave de acceso” a ciertas instalaciones y áreas de alta seguridad.
Reconocimiento Facial: Identificación a simple vista
El reconocimiento facial ha sido objeto de investigación desde la década de 1960, pero fue en las décadas de 1980 y 1990 cuando la tecnología comenzó a desarrollarse de manera significativa.
El trabajo pionero de Matthew Turk y Alex Pentland en el MIT en 1991 introdujo el concepto de «Eigenfaces», que utiliza técnicas de análisis de componentes principales para el reconocimiento facial.
Sin embargo, el factor de mayor impacto en la popularización del uso del rostro como biométrico para acreditar identidad es la disponibilidad de cámaras fotográficas con alta resolución en los teléfonos móviles.
Aplicaciones
El reconocimiento facial tiene la ventaja de ser no invasivo y de poder realizarse a distancia, lo que lo hace extremadamente conveniente. Esta tecnología ha encontrado aplicaciones en diversos campos.
- Seguridad y vigilancia: se utiliza ampliamente en sistemas de videovigilancia para identificar personas de interés en espacios públicos, privados e incluso en eventos.
- Dispositivos electrónicos y aplicaciones: los teléfonos inteligentes y computadoras portátiles de más reciente generación incorporan reconocimiento facial tanto para el desbloqueo y como para la autenticación. Además, permiten que la cámara pueda ser usada por aplicaciones externas para acreditar la identidad, como es el caso de instituciones financieras que se apoyan en la cámara del dispositivo móvil para realizar el proceso de onboarding de clientes y para verificar su identidad al momento de realizar transacciones.
- Redes sociales: plataformas como Facebook utilizan el reconocimiento facial para etiquetar automáticamente a personas en fotos publicadas.
Además, el reconocimiento facial se está integrando en ciudades inteligentes para mejorar la seguridad pública y gestionar el tráfico.
Reconocimiento de Voz: La identidad en el tono
El reconocimiento de voz comenzó a desarrollarse en la década de 1950, pero los primeros sistemas solo podían reconocer palabras individuales.
En la década de 1970, el programa Harpy desarrollado por Carnegie Mellon University fue uno de los primeros sistemas capaces de reconocer un vocabulario de más de 1,000 palabras.
Sin embargo, no fue hasta las décadas de 1990 y 2000 que los avances en procesamiento de señales y aprendizaje automático permitieron el desarrollo de sistemas de reconocimiento de voz más precisos.
Aplicaciones
La voz humana tiene características únicas, como el tono, el timbre y el ritmo, que pueden ser utilizadas para la identificación. Permite la autenticación sin necesidad de contacto físico, lo que es útil en situaciones donde el contacto es difícil o inconveniente, como es el caso de:
- Sistemas telefónicos: muchas instituciones financieras utilizan la verificación de voz para autenticar a los clientes durante las llamadas telefónicas.
- Asistentes virtuales: dispositivos como Amazon Echo, Google Home o Siri utilizan el reconocimiento de voz para responder a comandos y realizar tareas.
La evolución de la biometría para la identificación de personas, desde las huellas dactilares, hasta el reconocimiento de voz en dispositivos modernos, los rasgos biométricos se han convertido en herramientas esenciales para garantizar la autenticidad y seguridad en diversos ámbitos.
El avance tecnológico ha permitido que cada característica única del individuo, sea utilizada de manera efectiva para la identificación precisa, robusteciendo la seguridad en nuestras interacciones cotidianas y en la protección de información crítica.
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