La acreditación de identidad se realiza a partir de la combinación de documentos emitidos por una autoridad y se complementan con rasgos biométricos que permiten dar mayor certeza de que la persona es quien dice ser.
La identidad es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a nivel global por las Naciones Unidas.
Pero más allá de ser un derecho, hoy es una necesidad pues nos permite interactuar con instituciones de Gobierno para realizar trámites, ejercer nuestros derechos como ciudadanos y realizar transacciones comerciales, por sólo mencionar algunas actividades.
Tradicionalmente, gobiernos e instituciones acreditan identidad apoyándose en documentos probatorios, como actas de nacimiento; sin embargo, cada vez es más común apoyarse también en el uso de rasgos biométricos como datos para sumar certeza.
La razón: los biométricos son datos individuales y únicos de cada persona, la mayoría de los cuales se mantienen inalterables durante toda la vida.
Uso de biométricos para acreditar identidad
Los rasgos físicos o biométricos más utilizados por autoridades e instituciones para apoyar procesos de acreditación de identidad son las huellas dactilares, el rostro y el iris.
En los sistemas de acreditación de identidad, apoyados en biométricos, los datos de la persona se capturan de manera presencial al momento de realizar la emisión del certificado de identidad o de iniciar una relación comercial.
Estos datos se almacenan en bases de datos biométricas, que además de resguardarlas, permiten realizar consultas para verificar la identidad de la persona a partir de uno o la combinación de sus datos biométricos.
En el caso de Acerta, este almacenamiento y consulta de la información biométrica se realiza en los motores AFIS y ABIS de nuestro aliado Dermalog, empresa alemana líder en biometría, que además de cumplir con estándares internacionales, y contar con más de 20 años de trayectoria, ha realizado más de 200 implementaciones alrededor del mundo.
Los Motores Biométricos AFIS y ABIS, permiten la consulta y verificación de la identidad de la persona a partir de comparaciones de los datos almacenados con uno o varios rasgos físicos, que pueden ser huellas dactilares, en el caso de los Motores AFIS; el rostro, iris o la combinación de varios rasgos físicos, en el caso de los Motores ABIS.
Las comparaciones de uno o varios rasgos biométricos de la persona, contra los datos almacenados en la base de datos, se realiza en rangos de tiempo muy cortos (menos de 1 minuto) y el resultado que se obtiene, puede ser la indicación de que el biométrico ya está registrado en la base de datos con una certeza de que se trata de la misma persona o que no se encuentra.
Casos de uso en México
En México, el Instituto Nacional Electoral (INE) utiliza las huellas dactilares y el rostro como biométricos para apoyar la acreditación de quienes acuden a la institución para la emisión de su Credencial de Elector, requisito indispensable para ejercer el derecho al voto.
Mientras que el Servicio de Administración Tributaria (SAT), suma a los documentos probatorios de identidad, la captura de las 10 huellas dactilares, el rostro y los iris, como parte del proceso de enrolamiento de ciudadanos para la obtención de su e-firma.
En instituciones financieras, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, realizó en 2017 una modificación a la Circular Única de Bancos que entra en vigencia en noviembre de 2020, y que contempla la implementación de procedimientos y mecanismos para la identificación certera de la identidad de sus clientes incluyendo la captura y verificación de sus datos biométricos, en este caso huellas dactilares, como herramienta para mitigar el fraude por usurpación de identidad y ajustarse a regulaciones internacionales de bancos para prevención del Lavado de Dinero y Conozca a su Cliente (KYC).
Sin embargo, estos no son los únicos datos biométricos que se utilizan para acreditar identidad; de hecho algunas instituciones de tecnología financiera (Fintech) que operan en México y para la que no aplica la CUB de la CNBV utilizan la voz, selfies con gestos, videos o la forma de la palma de la mano, como mecanismos para acreditar identidad.
En todos los casos, la motivación para complementar los procesos de acreditación de identidad con biométricos, es la misma: reforzar la certeza de que la persona es quien dice ser y mitigar los riesgos de suplantación de identidad.